miércoles 24 de abril de 2024

¡20 AÑOS EN PELOTAS! Conozca El Fonoll, el pueblo desnudo donde la vida parece un reality show

20 años llevan en pelotas en El Fonoll, el primer pueblo naturista de España. Habrán oído hablar de muchas playas nudistas, pero tal vez no de un pueblo naturista de montaña en mitad de la nada. ¿Han paseado alguna vez por el bosque más espeso sin nada de ropa? ¿Han experimentado alguna vez la adrenalina de escuchar animales de todo tipo entre los matorrales mientras van totalmente desnudo? ¿Han notado las hierbas haciendo cosquillas en sus zonas más íntimas?

Un lugar donde apenas hay luz eléctrica, no hay cobertura telefónica y tampoco enchufes para cargar el móvil. Sólo se comen las verduras que uno planta. Pero la gracia es que aquí la gente trabaja, cenan, bailan y se relacionan en la más absoluta desnudez.

Es la obra de Emili Vives (Barcelona 1952), un ingeniero informático y empresario de éxito de Barcelona que lo dejó todo para construir una utopía. Para irse a vivir desnudo en mitad de una montaña. Un sueño que le ha dado más quebraderos de cabeza, enfrentamientos con políticos y agujero en su patrimonio que beneficios. “Pero soy feliz, que es lo que importa”.

De pueblo abandonado a tener moneda propia

Emili Vives compró un pueblo abandonado en 1995. En aquel entonces era una ruina con edificios sin techo. Poco a poco lo ha ido resucitando. Ahora hay casas, apartamentos, un cine, un restaurante, una sala de fiestas, una biblioteca y hasta un ateneo para dar conferencias y centenares de personas desnudas cada semana comiendo paella popular o haciéndose baños de barro.

También hay animales para cuidar y huertos suficientes como para abastecer a toda la comunidad de lechugas, calabazas, tomates, calabacines, cebollas… Incluso han acuñado moneda propia: el coel, que tiene el valor simbólico de 1 euro.

En la sociedad fonollense hay una estructura clara: arriba está Emili Vives, el creador. Luego hay tres tipos de habitantes: los primeros son los turistas, que van sólo a pasar el fin de semana, pocos días o unas vacaciones enteras.

Los segundos son los voluntarios; tardan más tiempo en irse del pueblo. Reciben vivienda y comida a cambio de trabajo. Cobrando en coels. Y por último hay 15 residentes; personas que están empadronadas y oficialmente residen allí. Entre todos se relacionan única y exclusivamente entre ellos, lo que da lugar a extrañas sinergias personales, más propias de un reality show.

Un experimento sociológico

“El Fonoll es un experimento sociológico muy interesante. Es una microsociedad que va cambiando constantemente. Imagínate cuánto ha mutado, en 20 años. Entran y salen personajes casi cada día. La gente establece relaciones enseguida, porque aquí no hay mucho más que hacer. Y la establecen desnudos desde el primer momento, sin decepciones y sin máscaras”, define el fundador.

Esta sociedad tan volátil, particular y cambiante, lleva a que las relaciones entre sus miembros cambien constantemente. Cuando hay una dinámica ya formada, se va uno de los habitantes y entra otro. Un elemento nuevo. Todo varía entonces. Y como dicen en los reality shows, en la casa todo se magnifica.

“Esto no es como Cap d’ Agde. No es un lugar orientado al sexo. Pero sí que es verdad que aquí se han hecho muchas parejas. Gente que luego se ha casado, que ha tenido hijos. Aquí se han oficiado un par de bodas. Varios de mis cinco hijos encontraron aquí a su pareja. Algunos de mis nietos han nacido gracias a este pueblo”, apunta Emili.

Y lo mismo que hay parejas que se forman, hay otras que se destruyen en El Fonoll. Es el caso de Dulce, una venezolana de 31 años que llegó con su marido hace dos semanas. “Somos naturistas hace tiempo. Vinimos a probar, agobiados de la ciudad”. Aquí, Dulce ha encontrado su sitio.

 

“La dinámica en El Fonoll es tan diferente a todo en el resto del mundo, que te lleva a un proceso personal introspectivo. A que pienses mucho más en los problemas que no sueles afrontar en un entorno urbano”. Moraleja: acaba de dejar a su marido. “No lo he dejado por El Fonoll. Pero estar aquí me ha hecho plantearme muchas cosas. Él sigue aquí, pero en otra vivienda. Al principio se enfadó mucho. Al final se acabará marchando”, pronostica.

¿Qué es exactamente El Fonoll? Una finca de 200 hectáreas en una montaña del interior de la provincia de Tarragona. Administrativamente pertenece al municipio de Passanant.

Cuenta Emili que “aquí hubo vida prehistórica. Lo que pasa es que los burros del Ayuntamiento de Passanant han cargado mucho patrimonio para enterrar unos tubos. Pero aquí, excavando, hemos encontrado piedra trabajada. Lo que demuestra que había gente hace miles de años». Es decir: es casi seguro que aquí vive gente en pelotas desde la prehistoria.

Nombre: El Fonoll

Superficie: 200 hectáreas

Habitantes: 15 censados 

Moneda: Coel (un coel equivale a un euro)

Fundador y propietario: Emili Vives

Localización: Interior de la provincia de Tarragona

Ayuntamiento al que pertenece: Passanant

Año de fundación: 1998

Calificación: Pueblo naturista

Patrón del pueblo: Sant Blai (San Blas)

En la actualidad es un destino turístico emergente, pero no es para todo el mundo. Para empezar, el pueblo está apartado de todo, en medio de la nada. El pueblo más cercano está a media hora en coche.

Para acceder no hay carretera, sino pista de piedras en muy mal estado.  Hay dos formas para llegar y el GPS de Google marca la más inaccesible. Contra todo pronóstico, es la que yo tomo. Esto provoca que mi viejo coche golpee en varias rocas durante el trayecto. Cuando llego a El Fonoll aparece un hombre desnudo detrás de mí que me advierte de que me he dejado la tapa de los bajos de mi coche por el camino. «Vaya, mi coche ha empezado antes que yo», pienso yo.

Y es que lo primero que tiene que hacer el visitante una vez se ha instalado en una de las habitaciones es precisamente eso: quitarse la tapa de los bajos. También de los altos. “Hay que desnudarse. Es como va la gente aquí. Si vas vestido van a desconfiar. Así que si quieres trabajar ya sabes: ponte el uniforme”, cuenta Emili.

NAM/El Español