Durante las últimas semanas, las personas que tratan de cruzar la frontera de Venezuela hacia Colombia han tenido que permanecer horas y hasta días en la Plaza de la Confraternidad, a la espera de sellar su pasaporte por vías legales para no tener que “agilizar” el trámite en las oficinas del Saime de San Antonio, Táchira.
La conocida plaza en la zona fronteriza se ha convertido en sitio de larga espera para quienes buscan sellar el documento que les permite migrar de Venezuela a Colombia u otro país, como miles de venezolanos que buscan nuevas oportunidades de vida.
Familias hasta con mascotas incluidas, jóvenes solos, hombres, mujeres y adultos mayores tratan de cruzar a diario la frontera de manera legal. Pero los procesos se han hecho cada vez más engorrosos debido a las “caídas del sistema” que hace lento el trámite obligatorio de sellar los pasaportes.
Una interminable cola y decenas de “gestores” que ofrecen a los viajeros agilizarles el trámite (que es gratuito) para que sellen sin hacer la fila es el escenario en la zona, según reseñó el diario web colombiano La Opinión.
Los cortes de energía eléctrica provocan las “caídas del sistema”, lo que impide que el sistema fluya con rapidez. Al menos esa es la explicación que les han dado a quienes desean sellar su pasaporte y están en cola para salir de Venezuela, publicó el diario anteriormente mencionado.
Una mujer identificada como Mayra dijo que tenía días durmiendo en la avenida Venezuela con todo y sus maletas, porque en la noche los guardias desalojan la plaza hasta que se abre la frontera en la madrugada. En ese momento quienes han pernoctado en en los alrededores deben correr para colocarse en la fila.
Mayra viajaba a Chile, pero con más de 100 personas delante de ella no había logrado su propósito. “No hay sistema de números, no hay listas, la misma gente tiene que organizarse para tratar de que haya algo de orden, no hay explicación por los retrasos, solo corren rumores sobre las caídas del sistema, o la gente se da cuenta de que se va la luz. Esto es un infierno”, dijo.
“No hay sistema pero sí hay sello”, dijo un hombre identificado como Willam, quien agregó que “si pagas entre 50 y 100 dólares te ponen el sello aunque no haya sistema”, pero el hombre se mostró negado a cancelar para “habilitar” el proceso: “No pago, no tengo ese dinero, apenas algunos pesos para subsistir los primeros días”.
Marcos, un presunto gestor con el que tuvo contacto La Opinión, dijo que “cobraba 40 dólares por el trámite” asegurando que 30 de esas divisas eran para los funcionarios y los otros 10 para él. “De ahí comemos todos, usted sabe cómo es”.
Los militares abordados solo se limitaron a comentar que “el sistema está lento”.
NAM/ La Opinión
