viernes 29 de marzo de 2024

¡DESTINO PELIGROSO! Turismo de Costa Rica se ve empañado por asesinatos de tres mujeres

El asesinato de la venezolana Carla Stefaniak, de 36 años, en Costa Rica, es uno de los casos que se ha sumado a la ola de femicidios contra turistas en el denominado país de la “pura vida”. La sombra de estos crímenes, que han trascendido con fuerza en la opinión pública, afectan a la industria turística de esta paradisíaca nación que ahora se aleja de ser un destino para mujeres que deseen disfrutar en soledad.

La tripleta de asesinatos, que sucedieron de forma aislada, ha traído como principal problema para las autoridades de ese país el control de la violencia contra la mujer y es que en un lapso de menor de seis meses, se han registrado tres grandes hechos de violencia.

La alarma más reciente sobre este espiral de agresiones ocurrió con el femicidio de Stefaniak, quien fue reportada como desaparecida desde el 28 de noviembre, hasta que este jueves fue identificada por su padre, luego de que hallaran un cuerpo descubierto, medio enterrado y envuelto en bolsas de plástico en la calle Hoja Blanca, alrededor del Hotel Le-Más, en donde se hospedaba en medio de la celebración de su cumpleaños, según la información que publicó el medio estadounidense Fox News.

Por este caso fue detenido como principal sospechoso el nicaragüense Bismarck Espinosa Martínez, un guardia de seguridad que trabajaba en el lugar en donde ocurrió el asesinato de Stefaniak.

La otra turista asesinada en circunstancias similares fue la española Arancha Gutiérrez López, estrangulada y violada el 4 de agosto en el Parque Nacional Tortuguero por un nicaraguense indocumentado identificado como Albin Díaz Hawkings, de 33 años.

A la lista se añadió la muerte de la turista mexicana María Trinidad Matus Tenorio, quien se encontraba paseando con su amiga inglesa de apellido Moorhouse por la playa de Santa Teresa, ubicada al noroeste de Costa Rica, cuando dos hombres las interceptaron para intentar asaltarlas.

En medio de ello, ambas fueron metidas al mar con la intención de ahogarlas, Moorhuse logró forcejear con uno de los sospechosos y huir, pero Matus no corrió con la misma suerte y fue encontrada muerta sobre la arena.

Estos lamentables hechos han levantado la preocupación de los ticos, las autoridades y del sector turístico, pues el país se ha convertido en uno de los más inseguros de Centroamérica, lo que se ha visto reflejado con el balance de 12 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2017, la mitad de la tasa de México y el doble que la de Argentina, de acuerdo con cifras publicadas en agosto por el diario español El País en su versión web.

NAM/Agencias