viernes 29 de marzo de 2024

¡APRENDE AQUÍ! Sequedad vaginal: Causas, síntomas y soluciones para acabar con ella

La sequedad vaginal es más común de lo que parece y se manifiesta durante las relaciones sexuales, pues no existe una lubricación suficiente que permita que el sexo sea placentero, todo lo contrario, es molesto y doloroso.

Pero, ¿cuáles son sus causas? 

La resequedad vaginal o vaginitis atrófica se presenta cuando se da una disminución de estrógenos, específicamente después de la menopausia. Esta hormona resulta ser muy importante para el cuerpo porque es la encargada de mantener los tejidos de la vagina lubricados y saludables. Es fácil de notar que tu vulva está perfectamente lubricada porque durante las relaciones sexuales produce un líquido transparente, encargado de hacerlas más placenteras al disminuir la irritación vaginal durante las caricias previas y la penetración. Esta afección también puede aparecer debido a infecciones vaginales por hongos y antidepresivos.

“La vagina de una mujer menor de 35 años tiene mucho colágeno con un epitelio grueso, lo que ayuda a mantener la zona hidratada. En el momento que llega la menopausia, el epitelio es más delgado y con menos colágeno, lo que hace que el sexo sea doloroso, muchas veces se presenta sangrado y hasta infecciones urinarias”, explicó el médico Ronald D. Blatt, especialista del Manhattan Center for Vaginal Surgery  a El Diario. 

¿Qué síntomas debo identificar? 

Regularmente si la padeces notarás síntomas como comezón, sensibilidad, irritación, inflamación y, como ya te comentamos, problemas para lograr llegar al orgasmo. Por lo general, comienza con la menopausia, pero si eres menor de 40 años, lo más probable es que necesites adoptar algunos hábitos sencillos para que la lubricación empiece a normalizarse de forma natural y muy sencilla. ¡Síguelos y poco a poco te darás cuenta de que el sexo mejorará para ti!

Soluciones 

Para beneficio de las mujeres como tú, existen tanto naturales como médicos. Descubre cuáles son y revierte ese problema que tanto altera tu vida sexual.

  1. Aumenta el consumo de agua: El líquido que tu vagina produce para lubricarse está hecho de agua. Una forma de asegurarte de que tu cuerpo esté recibiendo suficiente agua, y por ello no tendrá problema, es tomando los dos litros de agua tan recomendados por los nutricionistas.

2. Revisa el jabón íntimo y tu ropa interior: ¡Todo cuenta! Asegúrate de que los productos íntimos que usas, la lencería y hasta los condones que utilizas no estén causando una reacción alérgica en tu piel. Cuando visites al ginecólogo, consulta sobre si es recomendable usar o no duchas vaginales.

3. Come sardinas: Salmón, camarones, atún, nueces, vegetales de hojas verdes, soya, linaza, tofu, leche y mantequilla porque son alimentos que posibilitan la producción de estrógenos.

4. Usa el aceite con vitamina E como lubricante: Tal y como lo explicó la Dra. Hilda Hutcherson, profesora de Ginecología y Obstetricia en la Universidad de Columbia al portal Esmas, aplicar este aceite en tu vagina antes del sexo es un método muy efectivo.

5. Foreplays más extensos: El jugueteo previo resulta ser de suma importancia para las mujeres porque es el momento en que preparan su zona íntima antes de la penetración. Si no te sientes lo suficientemente lubricada, pídele a tu pareja que dedique más tiempo a hacerlo posible. Te puedes ayudar con técnicas sexuales nuevas, como el carrete, docking o hasta el beso tántrico. 

6. Tu mejor amigo es: El lubricante. Lo son porque humectan la abertura y el revestimiento vaginal por algunas horas. Incluso, un estudio del Journal of Sexual Medicine determinó que aquellas mujeres que los usan tienen un sexo más placentero.

Los que están elaborados con agua son recomendables, pues no manchan, se limpian con facilidad y son seguros. Eso sí, no los uses bajo el agua porque se diluyen. Además, no rompen los condones y son muy bien aceptados por tu zona íntima.

Date la oportunidad de usar cualquier tipo de gel que haga de los juegos una experiencia más agradable y acaba con el problema de la resequedad vaginal que muchas veces te obliga a decir: “no tengo ganas”.

 

NAM/Siempre Mujer