sábado 20 de abril de 2024

¡COMPRENDIENDO A PROFUNDIDAD LOS HECHOS! ¿Qué fue lo que pasó el 23 de enero de 1958 y qué ocasionó ese acontecimiento? || NAM en la Historia

«Marcos Evangelista [los nombres de pila de Pérez Jiménez], vámonos, que pescuezo no retoña». A la historia ha pasado esta frase que el general Llovera Páez le habría dicho a Pérez Jiménez entre el 22 y 23 enero de 1958 para convencerlo de que su tiempo se había acabado. ¿Pero, qué causó la caída de un gobierno que hasta hacía poco lucía consolidado, que tenía a la prensa silenciada y a sus principales oponentes en el exilio, en las cárceles, atemorizados o en los sepulcros?

«Pérez Jiménez decidió saltarse su propia Constitución y en lugar de convocar elecciones presidenciales llamó a un plebiscito [celebrado el 15 de diciembre de 1957], donde se le preguntó al elector si quería prorrogarle su mandato por cinco años más», explico José Alberto Olivar, miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela.

«Aquello provocó un quiebre en las Fuerzas Armadas, que era la institución que sostenía a su gobierno, porque truncó las aspiraciones de otros jefes militares que ansíaban ocupar posiciones más altas».

El hecho de que el contraalmirante Wolfang Larrazábal, entonces comandante general de la Armada y oficial de mayor antigüedad, terminara en la Jefatura del Estado reafirma la tesis del experto.

No obstante, hasta el final de sus días, Pérez Jiménez negó que hubiera sido derrocado: «Me cansé de sofocar intentos [de golpes de Estado]».

Napoleon Bravo entrevista al ex-Pte. Marcos Perez Jimenez (Parte 1) - YouTube

¿Por qué no lo hizo entonces? «Me fui, porque si amanezco [en Miraflores] iba a tener que fusilar a mucha gente y no quise hacerlo», respondió en varias entrevistas a lo largo de los años.

A Pérez Jiménez no le molestaba que se le llamara dictador, pero sí que se dudara de su honradez.

Esto, a pesar de que fue extraditado a Venezuela, enjuiciado y condenado por hechos de corrupción en la década de los 60, y luego vivió el resto de su vida hasta su muerte en 2001 en uno de los barrios más lujosos de Madrid (España) sin trabajar.

El exgobernante confirmó uno de los hechos más famosos de su salida y que ha servido a quienes lo acusan de haberse enriquecido ilícitamente durante su mandato: dejó una maleta con una importante suma de dinero en metálico.

«Toda persona que sale de viaje lleva sus maletas y tiene que llevarse en ellas los valores que tenga (…) en una de mis maletas iban valores que tenía en mi casa, producto de negociaciones hechas con entera honorabilidad, producto de ahorros, etc. Y entonces cometí la tontería de decir: cuiden esa maleta. Lo percibieron unos oficiales y en el momento de embarcar se apropiaron de la maleta», confesó en el libro «Habla el general».

Napoleon Bravo entrevista al ex-Pte. Marcos Perez Jimenez (Parte 2) - YouTube

Todo este recorrido histórico lo hacemos para poder comprender a profundidad, como lo expresa el título de este reportaje, como puede enceguecer el poder que vulnera la más elemental capacidad de reconocer una realidad y transformarla en un discurso elaborado para darle otra lectura totalmente ajena a la realidad y venderla así a las masas. Cualquier parecido con la realidad actual es mera coincidencia.

NAM presenta los hechos en su justa dimensión de lo que aconteció días antes y luego el propio 23 de enero de 1958, visto desde varios ángulos y para lo cual, este portal se ha servido de varios trabajos y publicaciones, incluyendo una del propio Gobierno Bolivariano, en la cual se detallan elementos de la fractura militar dentro del régimen.

La historia es bueno leerla y releerla para comprender en ella elementos que quizá no sabíamos o habíamos olvidado, pero, que permiten comprender cómo y por qué suceden los hechos que conllevan a posteriores maneras societales y políticas de convivir.

A partir del movimiento del 23 de enero de 1958, Venezuela vivió una nueva etapa que está asociada a la ‘Democracia’ pero, que también tuvo sus vicios y sus hechos ocultos hasta el día de hoy. Así ha sido la historia política en todos los países del mundo, pero, introduzcámonos en esta cápsula del tiempo y rememoremos qué fue lo que pasó unos días antes y luego ese día 23 de enero que hoy el país conmemora, cada cual según su interés político y social.

El punto de quiebre

El 15 de diciembre de 1957 se realiza el plebiscito con un ente electoral tutelado por el Gobierno militar. La oposición llama a la abstención ante la violación constitucional.  Los resultados oficiales fueron favorables a Pérez Jiménez. Como consecuencia, el primero de enero de 1958 se produce un alzamiento militar que es aplastado por el oficialismo, pero que ocasiona el 23 de enero el derrocamiento de la dictadura.

En aquellos años de la dictadura perezjimenista el joven Pompeyo Márquez, con el seudónimo de Santos Yorme enfrenta al régimen de turno: “La experiencia me dice que toda crisis tiene salidas inéditas. Si a mí me hubieran preguntado en 1957 si Pérez Jiménez sería derrocado en enero del 58 yo hubiera dicho que era imposible, pero después del alzamiento militar (del primero de enero) supimos que sí era posible y después del cambio de gabinete, cuando sale  Pedro  Estrada  y Vallenilla (Lanz), que dirigía la policía política y el Ministerio de Interior, dijimos ahora vamos a la ofensiva y esto llevó al 23 de enero del  58 y al derrocamiento”.

Plebiscitos que han cambiado la historia

En esta reflexión de Pompeyo Márquez está el génesis y el punto de quiebre que definitivamente conllevó a los hechos que produjeron la caída del dictador Pérez Jiménez. A partir del descontento militar y el llamado plebiscito de legitimación de 1957, nada podría detener su derrocamiento.

Desde el flanco de la Fuerza Armada

Según los datos recogidos de esa época, refiere el Ministerio del Poder Popular para Economía, Finanza y Comercio Exterior (MPPEFCE), el pueblo, en unión cívico-militar, se levantó para hacer frente al Gobierno y así poder recuperar la libertad y democracia del país.

Esto hizo que el dictador abandonara el país junto a su familia a bordo del avión presidencial, conocido como la “Vaca Sagrada” con destino a República Dominicana. Como antecedente a este acontecimiento nacional, un grupo de aviones de guerra surcó los cielos de la ciudad capital en pleno amanecer, los primeros días del mes de enero.

Según los historiadores, este evento causó asombro mayúsculo incluso a los miembros del gobierno, debido a que un mes antes se efectuó un plebiscito para prolongar el mandato de Pérez Jiménez, darle solidez a su régimen y legitimidad ante las Fuerzas Armadas.

Del plebiscito a la caída

En noviembre de 1957, el general Marcos Pérez Jiménez le comunicó al Congreso de la República su intención de no convocar elecciones generales y en su lugar celebrar un referéndum para definir si continuaba al frente del gobierno 5 años más.

El período constitucional del General Marcos Pérez Jiménez, finalizaba según la misma Constitución elaborada por su gobierno a finales de 1957. No queriendo tener los mismos problemas que ocurrieron en las elecciones del año 1952, Marcos Pérez Jiménez convoca a un plebiscito el 15 de diciembre de 1957 para decidir sobre si la población aprobaba o rechazaba la reelección de su gobierno para el período 1958–1963.

El plebiscito se consideraba contrario a la Constitución de Venezuela del año 1953, ya que no contemplaba ese procedimiento, sino el de Elecciones Libres, con la participación de los diversos actores políticos, es decir, diferentes candidatos.

23 de enero: las últimas horas en el poder de Marcos Pérez Jiménez, el general derrocado hace 65 años en Venezuela - BBC News Mundo

La oposición a su gobierno, alegando que el plebiscito carecía de carácter legal, y que todo estaba arreglado previamente, llama a la población a no participar en lo que consideraban una elección «amañada y contraria a la Constitución». Sin embargo, y según los datos oficiales del órgano electoral, la población aprobó por mayoría su continuidad en el gobierno. Ningún partido u organización opositora reconoció los resultados.

Y aunque el alzamiento de los pilotos fracasó, según los planes, no fortaleció al gobierno, sino que más bien aceleró el proceso de deterioro que culminó 23 días después, pues poco a poco cobró fuerza el malestar que había entre los oficiales de los tres componentes de la Fuerza Armada para la época.

Según el órgano electoral instaurado durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, el Consejo Supremo Electoral, los resultados fueron ampliamente favorables a su continuidad en el gobierno por cinco años:

Así quedó el plebiscito

El Sí (a favor de un nuevo periodo de Marcos Pérez Jiménez): 2.374.790 de votos

El No (en contra de un nuevo periodo de Marcos Pérez Jiménez): 364.182 de votos

Votos Nulos: 186.015

El 20 de diciembre de 1957 el gobierno de Pérez Jiménez anunció que continuaría en el poder, basándose en los resultados obtenidos en el plebiscito de dicho año.

Y entonces, ¿Qué sucedió?

Al indagar un poco más en la historia se confirma que, entre las causas que derivaron en la caída de Pérez Jiménez, destaca la crisis militar consecuencia de los cambios del primero de enero de 1958, que trastocaron el orden dentro de la Fuerza Armada.

El alzamiento comenzó cuando los oficiales de Fuerza Aérea de en la Base de Boca de Río y el Cuerpo de Blindados del Cuartel Urdaneta de Caracas, que estaban al mando del Teniente Coronel Hugo Trejo, generaron una crisis de liderazgo.

Sin dejar a un lado, la crisis política en el propio núcleo del gobierno, que fue producto de la descomposición y fraccionamiento del mismo a raíz del plebiscito de diciembre de 1957, que generó dos cambios sucesivos en el gabinete, y la salida del país de algunos de los aliados más cercanos de Pérez Jiménez, que fueron vetados por la Fuerza Armada, entre ellos, Laureano Vallenilla Lanz quien fungía como ministro de Interior, y Pedro Estrada, quien era jefe de la policía política y la Seguridad Nacional.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Desde ese momento, comenzaron a publicarse diversos manifiestos contra el gobierno tambaleante de Pérez Jiménez, muchos de estos fueron firmados por hombres y mujeres representativos de diferentes campos de la actividad económica, profesional y cultural, así como pronunciamientos públicos de parte de las instituciones nacionales, como el Colegio de Ingenieros, la Asociación Venezolana de Periodistas, federaciones obreras, entre otros.

23 de enero de 1958

Ese día comenzó tan abruptamente como los anteriores para los caraqueños, en especial aquellos que vivían en el este de la capital venezolana. Un inusual estruendo mecánico sacó a más de uno de la cama, pero la oscuridad de la noche hizo difícil identificar la causa. Hubo que esperar hasta el amanecer para esclarecer lo ocurrido.

«Cayó [el general Marcos] Pérez Jiménez», «Liquidada la tiranía» o «El dictador huyó al extranjero». Con esos titulares los diarios dieron cuenta de lo ocurrido horas antes: el régimen militar que durante una década rigió los destinos del país sudamericano había colapsado.

En un reportaje de la BBC, se recogen, entre otros elementos que publicaremos ahora, las primeras impresiones del propio Pérez Jiménez ante el mundo:

Marcos Pérez Jiménez, El dictador progresista y el libro Habla El General. | PeakD

«Salí de Venezuela sin que me pusieran un revólver en el pecho. Nadie me empujó (…) En ese momento no estábamos recibiendo tiros de ninguna parte, ni había ninguna unidad alzada», afirmó Pérez Jiménez en el libro «Habla el general», publicado en 1983.

Esta versión, sin embargo, fue refutada por historiadores que sostienen que la marcha del dictador sí fue forzada por una situación insurreccional dentro de las Fuerzas Armadas.

«Los miembros del Estado Mayor le dijeron a Pérez Jiménez: ‘Usted debe irse, pero le daremos las condiciones para que se vaya'», le dijo a BBC Mundo Luis Buttó, profesor jubilado de Historia de la Universidad Simón Bolívar de Caracas.

«La intención de quienes lo depusieron fue negociar con él su salida del país, porque si no, le hubieran hecho lo mismo que él le hizo al general Isaías Medina Angarita (en octubre de 1945), derrocarlo y detenerlo», agregó,

Esta opinión es compartida por José Alberto Olivar, miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela.

«No hubo una huida furtiva ni un escape de película, todo fue parte de unos acuerdos dentro de la institución castrense para una transición ordenada, en términos militares».

Así salió Pérez Jiménez

El 01 de enero unidades de la Aviación y del Ejército se alzaron en armas y atacaron el Palacio presidencial de Miraflores y la sede del Ministerio de Defensa en Caracas. Y aunque el gobierno se impuso, quedó mortalmente herido al quedar en claro que los militares estaban divididos, aseguraron los expertos.

Al final de la tarde del 22 de enero los cadetes de la Escuela Militar y unidades de la Armada estacionadas en el cercano puerto de La Guaira, unos 50 kilómetros al norte de la capital venezolana, se sublevaron.

Los uniformados aprovecharon la agitación que desde el día 21 se venía registrando en el país, debido a la huelga de la prensa y al paro general convocado por los proscritos partidos políticos agrupados en la llamada Junta Patriótica. El alto mando haría lo propio después.

Pérez Jiménez pasó horas llamando a distintos cuarteles para conocer con qué apoyos contaba, pero a la medianoche puso en orden sus papeles, llamó a su esposa y le pidió que se preparara para dejar el país.

A la 1:00 am del día 23, el general le solicitó a su chofer, Juan José Montilla, que lo buscara en Miraflores, y unos 15 minutos después salió por última vez de su despacho y se puso en dirección hacia la Base de La Carlota, al este de la ciudad.

Marcos Pérez Jiménez en un automóvil durante el Golpe de Estado del 23 de enero de 1958. (FRANCISCO EDMUNDO PÉREZ / ARCHIVO EL NAC… | Caracas, Venezuela, Motherland

Cerca de la 1:30 de la madrugada, Pérez Jiménez y su esposa, Flor Chalbaud de Pérez, sus tres hijas y otros parientes llegaron al aeródromo militar.

La idea era abordar el avión conocido popularmente como «La vaca sagrada», un C 54 Skymaster que desde 1949 fungía como aeronave presidencial.

“Negativo, mi general…”

El aparato coincidentemente estaba en esa base. Días antes el cuatrimotor había regresado de Colombia, a donde se lo llevaron algunos de los cabecillas de la fallida insurreción de año nuevo.

El mayor José Cova Rey, quien pilotó el avión, se encontró con que los oficiales comisionados para ponerlo en condiciones de volar habían dejado sus puestos sin cumplir la tarea.

Al revisar «La vaca sagrada», el uniformado observó que no contaba con suficiente combustible.

Y por ello le sugirió a Pérez Jiménez utilizar uno más pequeño, algo a lo que el depuesto mandatario se negó, porque tendría que dejar a la mitad de sus acompañantes, relató el historiador Luis Heraclio Medina en su artículo «La Vaca Sagrada: mitos y realidades».

Medina aseguró que entonces Pérez Jiménez propuso volar hasta la isla de La Orchila, en el Caribe venezolano y donde mandó construir una residencia de veraneo. ¿La razón? Desde allí pedirían que les enviaran más combustible, pero Cova rechazó esa idea.

«Negativo, mi general, cuando este avión despegue usted ya no será presidente», habría dicho el piloto. Entonces se solicitó una cisterna de combustible al cercano aeropuerto de Maiquetía y, aunque las nuevas autoridades la concedieron, la misma fue incendiada por unos exaltados.

Sin embargo, un segundo camión, que iba fuertemente custodiado, sí logró llegar hora y media después, ante la desesperación de los viajeros.

Resuelto el problema del combustible surgió un nuevo contratiempo: no había copiloto. El mecánico que debía unirse a la tripulación se negó a subir al aparato, aunque luego apareció otro uniformado que aceptó la misión, relató Medina.

Ni huida ni escape

A eso de las 3.00 de la madrugada todos los obstáculos parecían superados, pero se presentó el último: el aeropuerto no tenía luces de balizaje; es decir, no estaba preparado para aterrizajes ni despegues nocturnos.

Para evitar que el aparato se saliera de la pista y estrellara, los autos en los que los pasajeros llegaron al lugar fueron colocados a los lados con sus luces encendidas, para así orientar al piloto, narró el exdiputado Juan José Caldera, hijo de quien luego sería dos veces presidente de Venezuela, Rafael Caldera, en su libro «Mi testimonio».

La rudimentaria solución funcionó y la aeronave despegó y puso rumbo a República Dominicana, donde el dictador Rafael Leonidas Trujillo recibió a su otrora colega.

«El avión iba sobrecargado y tuvo problemas para alzar vuelo», agregó a BBC Mundo el también historiador Edgardo Mondolfi.

En «La vaca sagrada» no solo iban Pérez Jiménez y su familia, sino otras 20 personas y sus respectivos equipajes.

Colaboradores como el también general Luis Felipe Llovera Páez, quien fuera su ministro del Interior y de Comunicaciones; y familiares de estos, figuraban entre los pasajeros.

Con el paso del tiempo algunos acólitos del régimen aseguraron que desde el Ministerio de Defensa tenían listas las baterías antiaéreas para derribar el aparato, una versión que los expertos rechazan.

«La salida de Pérez Jiménez fue negociada y prueba de ello es que hasta se pudo llevar a su suegra (…) Fue una salida apresurada, con inconvenientes y cierta dosis de dramatismo, pero no fue a volandas, porque pudo hacer una lista de quienes lo acompañarían. Cuando alguien huye esto no ocurre», indicó Buttó.

Mondolfi, por el contrario, sí cree que el dictador huyó. «Es el único presidente del siglo XX que se ha puesto en fuga (…) y lo hizo para salvar su pellejo y evitar ser apresado».

NAM/Ernesto Ríos Blanco

Fuentes: BBC/MPPEFCE/Agencias

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