El 17 de abril de 2014 fue un día oscuro para el medio artístico puertorriqueño y venezolano, con efecto expansivo al resto del continente. En la isla del encanto, el público estaba ávido por conocer más detalles del accidente automovilístico en el que perdió la vida Cheo Feliciano, inmortal intérprete de “Anacaona”, mientras por estos lares se trataba de asimilar la noticia del fallecimiento de Mayra Alejandra.
La actriz llevaba cuatro años retirada de la televisión. Un agresivo cáncer pulmonar motivó su retiro, después de concluir el compromiso adquirido con la telenovela “Harina de otro costal” de Venevisión.
Con el personaje de Carmencita de Fernández cerró una brillante carrera que le permitió inscribir su nombre en el mundo del espectáculo, al ser una de las protagonistas predilectas de los años 70 y 80, marcando hitos de especial valor: “La hija de Juana Crespo”, título imprescindible en la llamada telenovela “cultural o de ruptura”; y “Leonela”, que causó un gran revuelo en la sociedad de entonces, al terminar su primer capítulo con una escena de violación que fue repudiada por la Iglesia católica y por los incipientes movimientos feministas. Ni hablar del desarrollo de la trama que planteó el llamado Síndrome de Estocolmo.
Y aunque su quehacer cinematográfico se limitó a dos películas, fue la figura estelar de la sexta obra de Román Chalbaud, “Carmen la que contaba 16 años”, en la que interpretó a una carismática cabaretera que arrastra a un guardia civil hacia los bajos fondos.
Jovencita
Mayra Alejandra fue la hija mayor del matrimonio formado por el humorista Charles Barry (Carlos Alberto Rodríguez González) y la escritora de telenovelas Ligia Lezama. Sin haber cumplido la mayoría de edad, decidió que su futuro estaba en la actuación.
Por recomendación materna, el autor Manuel Muñoz Rico le asignó un personaje de doméstica en la producción dramática “Valentina”, protagonizada por Marina Baura y Raúl Amundaray. Apenas un año después, en 1976, los ejecutivos de RCTV la escogieron para encabezar el elenco de “Angélica”, junto a José Luis Rodríguez, con Pierina España como contrafigura.
Siguió su ascenso con “La hija de Juana Crespo”, en la que repitió galán. A partir de ese momento, mantuvo su estatus al lado de Jean Carlo Simancas, Miguelángel Landa, Renato Gutiérrez, Raúl Amundaray y Carlos Olivier, compañero de batallas en “Marta y Javier” y “Jugando a vivir”, antes de que el éxito de “Leonela” sentara un precedente dentro del género, bajo la pluma de Delia Fiallo.
Con los bonos a millón fue contratada en Argentina, donde protagonizó cuatro historias. Tras un breve retiro, regresó como primera actriz en “La mujer prohibida” (VV, 1991). En el último ciclo de su carrera, se movió entre Quinta Crespo y La Colina.
Nuestro inolvidable Carlos Olivier y Mayra Alejandra. Promocional de la telenovela "Leonela".#CarlosOlivier #artista #internacional #venezuela #historia #figurasinolvidables #tv #teatro #cine #telenovelas #Leonela #mayraalejandra pic.twitter.com/XFJDBDpUHN
— Carlos Olivier (@ForeverOlivier) September 13, 2020
Coraje
Mayra Alejandra Rodríguez Lezama nació el 7 de mayo de 1958, en Caracas. Más tarde, se sumaron a la familia Carlos Alberto y Suyín Rosa. De un matrimonio posterior de su progenitor llegó Juan Carlos, conocido por el público gracias a El Machazo, de la extinta “Radio rochela”.
La actriz mantuvo relación sentimental con su colega mexicano Salvador Pineda, quien procreó a su único hijo: Aaron Salvador. A partir de ese momento (1989), se convirtió en una madre coraje, porque el pequeño tenía necesidades especiales y el padre decidió eludir su responsabilidad, hecho que constituye un patrón de conducta en el mencionado personaje.
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